REPERCUSIONES EN LA SALUD DEL TRABAJO NOCTURNO Y TURNOS ROTATIVOS.
El trabajo es un determinante fundamental en
el proceso salud enfermedad. Cabe señalar, por tanto que el mismo tiene
elementos positivos así como también negativos sobre la salud.
A la hora de
pensar en salud, no podemos dejar de
visualizar la misma en sus tres
dimensiones sociales, psicológicas y físicas. Estos tiempos de pos modernidad,
en la que vivimos apurados, que todo lo queremos ya y ahora son sin duda
estresores que deberíamos repensar si queremos tener una mejor calidad de vida.
La salud y el trabajo están íntimamente
vinculadas con las condiciones y medioambiente de trabajo en que se desarrolla.
Esas condiciones de trabajo no están aisladas del contexto social histórico y político.
Hay por tanto una amplia variedad de
trabajos, que en su organización requieren la realización de trabajo nocturno
y/o turnos rotativos con nocturnidad que imponen cargas y exigencias a los
trabajadores.
Entendemos por trabajo nocturno al trabajo
que se lleva a cavo en forma permanente durante la noche entre las 22 y las 6 y
el trabajo por turnos con nocturnidad al
que se realiza en horarios variables e
implique la rotación de turnos incluida la noche.
Cada tipo de
turnos puede tener ventajas y desventajas para la salud afectando el bienestar,
la vida social y el rendimiento laboral.
El ser humano es básicamente diurno y su
organismo está programado para trabajar de día y descansar durante la noche.
Existe por tanto un reloj biológico interno
que regula los procesos fisiológicos y bioquímicos del organismo para ajustar
al ciclo de las 24hs.
Estos ciclos de denominan ritmos circadianos.
Las variaciones en el ritmo circadianos producidas por la necesidad de
mantenerse despiertos en horas fisiológicamente anormales y dormir durante el
día es una de las condiciones más estresantes del trabajo nocturno y en turnos
rotativos con nocturnidad.
Si bien existe un consenso generalizado en que el trabajo realizado en
turnos que implica la alteración del ritmo circadiano, es un riesgo aumentado
para la salud.
Debemos hacer los máximos esfuerzos a la hora
de implantar los distintos horarios de trabajo, para afectar lo menos posible
el ciclo circadianos de los trabajadores en general.
Sin duda que esto no es fácil, cuando se
tienen distintas imposiciones que hacen a la diversidad de los trabajos, muchos
de los cuales se tienen que realizar en horarios que van en contra de los
procesos fisiológicos.
Se debería
Restringir los turnos nocturnos para aquellos trabajos que son estrictamente
necesarios, a modo de ejemplo parte del trabajo policial, de bomberos,
vigilancia nocturna, sector salud en hospitales y sanatorios, servicios de
emergencia, así como en procesos de trabajo que por sus características
necesariamente tienen que ser continuos por ej. Refinación de combustibles,
altos hornos en la elaboración de cemento Pórtland, elaboración de celulosa,
ingenios azucareros y un sin número de otros procesos.
De todas formas existe cada vez más presión por
imperativos económicos y de consumo que tienden a incrementar la población
trabajadora que realiza turnos nocturnos, o trabajo nocturno en forma
exclusiva.
Nos faltan datos nacionales que nos permitan
establecer qué porcentaje de población trabajadora está afectada a trabajo
nocturno y turnos rotativos.
Ritmo circadianos.
Varios de los principales ritmos circadianos
del hombre tienen un ciclo de 25hs. Por lo que el ciclo diario de 24hs requiere
un ajuste de retroceso de casi una hora de nuestro ritmo natural.
Si nosotros cambiamos nuestros horarios
cotidianos por lo general es más difícil levantarse progresivamente más
temprano, que despertarse, por ejemplo, una hora más tarde.
Despertarse más temprano requiere mayor
esfuerzo y adaptación,requiere atrasar el
reloj interno. Lo contrario es más natural.
Cuando
aplicamos esta información para la rotación de turnos lo más correcto desde el
punto de vista fisiológico es rotar los turnos nocturnos a diurnos y a
vespertino, es decir en el sentido de las agujas del reloj, lo que impone menos
tención adaptativa.
Si bien el organismo tiene varias funciones
controladas por el ritmo circadiano la mayoría de los trabajos científicos, se
centran en la variación diurna de temperatura para evaluar la adaptación de los
nuevos horarios.
En una persona que tenga una adaptación
matutina su cuerpo tiene una temperatura estable durante la mañana llegando a
una hora pico por la tarde. Si la persona está adaptada a un trabajo nocturno y
en condiciones aisladas de laboratorio, la temperatura al principio se
estabiliza y luego se invierte por completo.
En condiciones de vida real no existe un
ajuste completo, dado que llevaría varias semanas ese proceso.
Por lo menos hay dos escuelas que plantean la
rotación del trabajo en base al ritmo circadiano: uno es el de rotación
lenta en la que se permanece por lo menos cinco días o más en un horario
determinado. En teoría se tendría más tiempo
para adaptarse desde el punto de vista fisiológico y
social con más tiempo para programar su vida.
El otro punto de vista recomienda turnos
rotativos de cambios rápidos con corta duración en un mismo horario. Por
ejemplo cada dos o tres días.
Quienes
argumentan esta teoría sostienen que los trabajadores no se adaptan nunca al
ritmo circadiano ya que pasan rápidamente por ellos. Esto causa menos problemas
en cuanto a la adaptación de turnos nocturnos.
Sin embargo la adaptación a los turnos
dependerá además en grado significativo de factores ambientales sociales y
recreativos.
Existen otros elementos como lo mencionábamos
anteriormente que influyen junto al sistema de turnos, y nocturno que pueden
afectar negativamente la salud de los trabajadores. Por ejemplo el estar expuestos
a sustancias químicas que pueden tener efectos sobre la salud, el estar
sometidos a exigencias de cargas físicas, exigencia psicológicas de la tarea,
el estar expuesto a ruidos y vibraciones, condiciones micro climáticas
adversas. Todos estos factores de riesgo pueden potencial el impacto en las
alteraciones de los ritmos circadianos.
Otro aspecto que no podemos desconocer son las
variables interpersonales. Dentro de esas variables interpersonales, están las
diferencias de fases y amplitud del ciclo circadiano, la edad, el sexo, la
situación de embarazo, la aptitud física, la facilidad para conciliar el sueño,
etc.
Existen dos
importantes dimensiones de la personalidad que parecen estar asociadas a los
ritmos circadianos: la inclinación” matutina” o “vespertina” y la introversión
o extroversión (Kerkhof 1985). Hay trabajos que sostienen que los de
inclinación vespertina tendrían mayor tolerancia a los turnos nocturnos.
Los
individuos de condición matutina (“alondras”), caracterizados por una secuencia
de fases adelantada de la temperatura corporal, se acuestan y despiertan antes
que la mayoría de las personas, mientras que los individuos vespertinos
(“búhos”) presentan una secuencia de fases retrasada en el ritmo circadiano y
suelen acostarse y despertarse más tarde. Tampoco estos elementos por si solo
son determinantes fundamentales incluso muchos de inclinación vespertina
toleran mal los turnos nocturnos.
Además la mayoría de la población no pertenece
a estos dos polos que solo representan el 5% de la población.
Múltiples
investigaciones han demostrado, que los efectos adversos del trabajo por turnos
se incrementa con la edad y que el grupo crítico es en promedio, el comprendido
entre los 40 y los 50 años (Foret y cols. 1981; Koller 1983; Åkerstedt y
Torsvall 1981). Con los años, resulta cada vez más difícil dormir durante el
día.
Otras variables en cuanto al género no
demuestran diferencias sustanciales respecto al ritmo circadiano. Sí debemos
considerar situaciones como el embarazo y evaluar los cambios en cuanto al
ciclo menstrual, y también con lo que llamamos doble presencia, donde en forma
más preponderante, se recarga a la mujer en lo que tiene que ver con las tareas
domesticas y la maternidad. Todo esto repercute además en las horas efectivas
de sueño y en detrimento de las mismas.
Efectos sobre la salud
Uno de los
elementos fundamentales a considerar en las personas que trabajan durante la
noche es la alteración en la calidad del sueño, debemos recordar que estamos
fisiológicamente preparados para dormir durante la noche, por lo cual no es
fácil conciliar el sueño durante el día. También esto se ve afectado por otros
factores tales como el ruido domestico y urbano, la luz del día y la vida
familiar cuando está presente.
Este no es un hecho menor, las familias de los
trabajadores nocturnos deben hacer un gran esfuerzo por no hacer ruido,
desconectar el timbre de la casa, poner el teléfono en forma silenciosa,
posponer actividades que generen ruido y renunciar en muchas ocasiones a una
vida social juntos, e incluso afectar el relacionamiento sexual de la pareja.
El déficit de sueño que se va acumulando a lo largo del turno nocturno lleva
muchas veces, a extender las horas de sueño durante los descanso, perturbando
la vida familiar y social.
También son frecuentes los trastornos
gastrointestinales, el trabajo nocturno genera trastornos en el horario y la
secuencia de las comidas, en general están más inapetentes durante la noche,
hay trabajos que nos informan que la ulcera peptica es dos veces más frecuente
en los trabajadores nocturnos que los diurnos.
Los síntomas del
SCI síndrome de colon irritable
incluyen
constipación y diarrea, dolor abdominal, calambres y distensión abdominal.
Los
trabajadores por turno a menudo padecen alteraciones intestinales similares a
las de los pacientes con SCI, señaló en American Journal of Gastroenterology el
equipo de la doctora Willemijntje A. Hoogerwerf, de la University of Michigan,
en Ann Arbor.
La
evaluación de los trastornos intestinales de 399 enfermeros, en su mayoría
mujeres, demostró que el trabajo por turnos rotativos, que normalmente afecta
el ritmo intestinal, "aumenta la posibilidad de desarrollar SCI",
dijo Hoogerwerf a Reuters Health.(2010)
El
incremento en el riesgo cardiovascular vinculado a los turnos integrales si
bien existe información controversial estaría también asociado al régimen de
turnos.
Muchos de los trabajos que se publican sobre
trabajo nocturno y turnantes son de tipo transversal, lo que puede enmascarar
los resultados al respecto. Es bien conocida la auto selección que se produce
en los trabajadores nocturnos y turnantes, este efecto es conocido como
“trabajador saludable” en definitiva son los resistentes los que persisten,
muchos abandonan esta modalidad de trabajo por no tolerarla.
En
la esfera psíquica son cada vez más evidentes los trabajos que evidencian una
mayor tendencia al malestar general, ansiedad y depresión.
En
suma: podemos decir que el trabajo por turnos según lo establece la literatura
mundial al respecto, altera el ritmo circadiano de los trabajadores en general.
En
los casos que sean estrictamente necesarios hacer turnos, debemos considerar la
forma de rotación en el sentido de las agujas del reloj. Para ello es
importante generar instancias de participación de todas las partes involucradas
(Convenio OIT nº 171, art. 10. / Estatuto de los Trabajadores, art.
41.).
Facilitar y flexibilizar la
asignación a turnos para que los propios trabajadores acuerden entre sí
intercambios de turno de
forma tal que puedan organizar adecuadamente y con antelación sus descansos, la
recreación, en definitiva su vida social y familiar
Cuando
los turnos sean de tipo rotativos se deberán planificar las tareas de tal forma
que la mayor carga de trabajo se realice durante las horas diurnas Se debe
disminuir las actividades que implique carga física lo máximo posible, durante
la noche
Debemos
respetar los descansos y no sobreponer turnos. Para ello es importante contar
con los relevos adecuados que permitan cumplir con estos aspectos. Tampoco se
recomiendan extensas jornadas laborales.
Si
bien la mayor repercusión a la salud se
observa en trabajadores de turnos nocturnos fijos. Se deberán mantener
condiciones de trabajo dignas que no coadyuven a agravar el impacto, que de por
sí ya tienen los trabajadores de turnos rotativos con nocturnidad, en
cualquiera de sus formas.
Hay que tener presente que el nivel de alerta
disminuye durante las horas nocturnas, lo que aumenta la posibilidad de errores
y de sufrir accidentes. Por ello es recomendable no trabajar nunca de noche en solitario.
Evitar los turnos dobles,
asegurando el relevo (Recomendación 178 OIT, art. 6. / ET, art. 34. / Convenio
171 OIT, art. 4.).
Las actuaciones deben basarse
en respetar lo máximo posible el ciclo vigilia sueño, la alimentación y la vida
social y familiar promoviendo estilos de vida saludable.
Abstenerse de consumo de
estimulantes como el café, yerba mate, por lo menos 5hs. antes del descanso, no
consumir alcohol y menos aun con el sentido de tratar de inducir el sueño. Estas
poblaciones en general son más vulnerables al consumo de tabaco, alcohol y
otras drogas.
Un buen acondicionamiento
físico hace más tolerable el régimen de turnos.
Mejorar las condiciones de
trabajo de los trabajadores nocturnos y turnantes requiere necesariamente
actuar a nivel organizativo. Aunque no existe una forma de organización de
turnos óptima, pueden establecerse criterios que minimicen el riesgo y
constituyan una condición más favorable.
Dr.Freddy Spontón Prof. Dr. Fernando
Tomasina
Prof. Adj Depto. Salud Ocupacional Profesor Depto Salud Ocupacional
Dra Cecilia Fernández
Posgrado salud Ocupacional
Facultad de Medicina-UDELAR
Ref
Bibliograficas
Enciclopedia OIT. Cap 34.
Peter Knauth, Horas de Trabajo.
Joseph. La Dou Cap.32 Estrés Laboral